El origen de esta celebración se remonta a 1975, cuando tuvo lugar en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental en el que se fijaron los principios de la materia en el marco de los programas de Naciones Unidas. Desde entonces y hasta hoy, cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, destinado a concienciar a la población de la importancia de conservar y proteger el medioambiente. Desde los Premios Fundación Endesa a la Ecoinnovación Educativa nos unimos a la celebración de este día, siendo la Educación Ambiental nuestra principal razón de ser.
Consideramos que la educación es uno de los instrumentos más idóneos para la conservación del medioambiente y la naturaleza. Por ello, trabajamos cada día, junto a la Fundación Europea Sociedad y Educación, para el fomento de la cultura ecológica a través de iniciativas educativas. Begoña Muñoz de Verger, directora de proyectos de Fundación Endesa, resalta la importancia de “destacar el protagonismo de los jóvenes en el fomento de la cultura ecológica y despertar el interés social por el medio ambiente, a través del compromiso de los alumnos y de las escuelas”.
“Nuestro objetivo es llegar a una población mundial que tenga conciencia del medio ambiente y se interese por él y por sus problemas conexos, y que cuente don los conocimientos, aptitudes, actitudes, motivación y deseo necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas actuales y para prevenir los que pudieran aparecer en lo sucesivo.”
– Begoña Muñoz de Verger, directora de proyectos de Fundación Endesa.
El éxito de los Premios Fundación Endesa a la Ecoinnovación Educativa viene avalado por la experiencia de sus participantes. Con motivo del Día de la Educación Ambiental recordamos los testimonios de algunos de ellos. Como la de Karina Valdés González, alumna del IES Luis Cobiella Cuevas de Santa Cruz de Tenerife y miembro del equipo ganador de la categoría 2 en la II Edición de los Premios Fundación Endesa a la Ecoinnovación Educativa. “Recuerdo el día en el que un grupo de estudiantes de La Palma nos dispusimos a buscar una solución innovadora a una problemática actual. Centrados en la importancia del reciclaje, diseñamos una empresa que fue avanzando y creciendo, al igual que las ganas de aportar un granito de arena para crear un planeta cada vez más sostenible. Toda esta vorágine nos llevó muy lejos en la convocatoria de Fundación Endesa, algo impensable para nosotros”, explica.
“Fue una experiencia increíble el darme cuenta de que jóvenes de todas partes de España estábamos unidos en un objetivo común: dejar una “huella verde” en nuestra generación. Sin duda, viví una experiencia que me encantaría repetir mil veces más.”
– Karina Valdés González, alumna ganadora de la II Edición.
Karina recuerda que el día de la entrega de premios tenía sentimientos encontrados. Por un lado, como parte de un grupo finalista, estaba emocionada por escuchar el nombre de su centro y subir al escenario a recoger el galardón. Por otro lado, como persona, reconoce que las charlas que recibieron fueron un baño de realidad. Gracias a ellas, tomaron conciencia de la cantidad de basura que generamos o del daño que los plásticos causan en los mares. Tanto ella como sus compañeros entendieron que tenemos que cambiar nuestros hábitos para ser más respetuosos con el medio ambiente.