Introducción
El calor puede parecernos algo estático: calienta el agua, una habitación o una taza de té. Pero en realidad, es una forma de energía en constante movimiento. En este experimento lo verás claramente: basta con encender una vela y colocar una espiral de papel suspendida sobre ella para que, sin tocarla, empiece a girar sola.
¿Magia? No. Ciencia.
A través de esta sencilla actividad, observamos de manera directa cómo la energía térmica se transforma en energía mecánica. Un ejemplo cotidiano, elegante y visual de lo que ocurre en fenómenos naturales como las corrientes de aire, y también en procesos tecnológicos donde el calor impulsa turbinas, motores o ventiladores térmicos.
Materiales necesarios
Para reproducir el experimento solo necesitas elementos básicos:
• 1 vela pequeña (de té o similar)
• 1 hoja de papel o cartulina (tipo folio o reciclado, mejor si es ligero)
• 1 lápiz o boli
• 1 soporte, por ejemplo 2 palos largos de brocheta
• 1 tapón pequeño
• Cinta adhesiva
• 1 par de tijeras
• 1 mechero o cerillas
Siempre que se utilice fuego, es importante contar con la supervisión de un adulto, realizar el experimento en una zona ventilada y alejada de materiales inflamables.
Paso a paso: cómo poner en marcha tu espiral
1. Crea la espiral
Dibuja una espiral amplia en una hoja de papel, comenzando desde el centro hacia fuera, como si fuera la concha de un caracol. Recórtala siguiendo la línea cuidadosamente hasta obtener una tira continua en forma helicoidal.
2. Prepara el sistema de suspensión
Pega el tapón pequeño en el centro de la espiral para poder suspender la espiral encima del soporte.
3. Coloca la vela y cuelga la espiral
Enciende la vela y colócala sobre una superficie segura. Cuelga la espiral de modo que quede suspendida entre 10 y 15 cm por encima de la llama. Asegúrate de que no esté demasiado cerca y que pueda girar libremente.
4. Observa el efecto del calor
Después de unos segundos, la espiral comenzará a girar suavemente, impulsada únicamente por el aire caliente que asciende desde la vela.
¿Por qué se mueve?
La explicación está en la convección térmica: al calentarse, el aire gana energía, se expande y sube. Esta corriente ascendente de aire caliente genera un pequeño flujo que empuja la espiral de papel, haciéndola girar.
Es decir, el calor de la vela no solo se disipa: se convierte en movimiento, una transformación de energía térmica en energía mecánica que ocurre constantemente en la naturaleza y en muchas aplicaciones tecnológicas.
Es el mismo principio que hace que un globo aerostático se eleve o que funcionen ciertos motores térmicos. Aquí, lo vemos en una forma reducida y poética: un trozo de papel girando sobre una llama.
Una demostración tan simple como poderosa
Este experimento no solo es visualmente llamativo, sino que también permite reflexionar sobre el comportamiento del calor y su capacidad para producir efectos físicos.
Puedes probar variaciones para explorar nuevas preguntas:
- ¿Qué ocurre si la espiral es más grande?
- ¿Y si la colocas a más distancia?
- ¿Influye el grosor del papel o el tipo de vela?
A veces, las demostraciones más sencillas son las que mejor nos ayudan a entender lo invisible.